¿Quien no se ha visto obligado a tender alguna vez la ropa durante la noche?. En mi caso personal es todo un lujo hacerlo porque Habitualmente puedo disfrutar de un cielo muy despejado y observar con mucho detalle el firmamento que me rodea entre pinza y pinza. la tarea de tender la ropa no solamente se centra en colgar las prendas, sino que además existe un proceso paralelo de desconexión un poco de la realidad que viene genial al fial de un largo día de trabajo, ya que estar «solos» ante el universo activa una serie de mecanismos mentales casi «místicos» que te ayudan a reflexionar y a ver las cosas de otra manera.
Solo por el hecho de quedarnos mirando el universo que nos rodea, te sientes tan pequeño, tan poca cosa, tan excepcional que rápidamente los pensamientos se marchan hacia la búsqueda de las eternas preguntas que se formula el ser humano desde que es consciente de sí mismo: ¿Quienes somos?, ¿de donde venimos?, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?, ¿estamos realmente solos en este enjambre de galaxias y estrellas?. Sean cuales sean esos pensamientos, lo que es seguro es que la desconexión mental que llevamos a cabo durante esos minutos ayudan a aliviar el estres y nos relaja sin duda.